Si llegara a confirmarse que, como indican los primeros estudios grafológicos del material recibido, estos papeles habrían sido presuntamente grafiados por la mano derecha de la cúpula directiva de LAA, podríamos estar ante un auténtico caso de NRA inducida por abducción gatuna ( suena fuerte, ¿verdad?), algo desde luego inédito en la casa, al menos en su historia reciente pasada.
Y lo que es más, podría arrojar luz (indirecta) a su vez, sobre el motor de las actuaciones del Departamento Antipersonal de LAA a lo largo del tiempo. Si alguien podía haber pensado que se debían a inquina o meramente a torpeza, debería reconocer aquí y ahora su error, pues estaríamos ante decisiones abducidas todas ellas y por tanto el equipo directivo al completo quedaría libre de toda sospecha al tratarse de un caso clarísimo de “presunta inocencia por cat-abducción”.
Por estos y otros motivos, y hasta que el CSI nos lo confirme, si fuera el caso, preferimos andar con pies de plomo por LAA y aconsejamos desde aquí a cuantos compañeros nos frecuentan, mas y mas cada día, que anden con los mismos pies que nosotros aunque así dicho pueda sonar un tanto difícil de llevar a cabo.
Reproducimos solamente un breve fragmento (el catalogado con nº 323) del contenido de este explosivo testimonio, por razones que a todos alcanzan.
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